Passivhaus o Casas Pasivas

Para entender esto necesitamos tener claro la diferencia entre elementos pasivos de una vivienda y los elementos activos:

Elementos pasivos:

– Llamamos elementos pasivos de una vivienda a aquellos elementos que, sin consumir energía son capaces de retener el calor o el frio aprovechando al máximo su producción, como son los aislantes térmicos en paredes y techos, y cualquier otro elemento que consiga tal fin.

Elementos activos:

– Llamamos elementos activos de una vivienda a aquellos que, haciendo uso de la energía para funcionar ya sea renovable o no (electricidad o gas), generan el calor o frio necesario para disfrutar de un confort en la misma, como pueden ser los aparatos para calentar el agua, o los que producen aire caliente o frio.

Por lo tanto, empieza a quedar claro que, a la hora de construir una vivienda o reformarla, debemos darle más importancia, destinando más parte del dinero a invertir, a los elementos pasivos que a los activos, pues éstos tienen el gasto inicial, que de hacerlo bien, nos ayudará a ahorrar mucho dinero con el paso del tiempo en los elementos activos, porque éstos últimos consumirán menos energía eléctrica para conseguir el nivel de confort deseado.

Las líneas fundamentales a seguir para conseguir una Passivhaus son las siguientes:

– Definir en estudio el aislamiento adecuado según la zona geográfica donde se vaya a realizar el proyecto, de forma que, en relación cantidad coste sea equitativo;

– Evitar en cada rincón de la casa que se produzca cualquier mínima fuga de aire, incluso en los conductos por donde discurren las instalaciones;

– Durante la ejecución de la obra hay que evitar los puentes térmicos, éstos son puntos débiles de tabiquerías, techos, encuentros con pilares o carpinterías, por donde, el calor o frío del interior tiene más facilidad de salida al exterior.

– Las ventanas y puertas deben tener altas prestaciones, ya que vamos a cuidar todos los elementos de cerramiento de la vivienda, la carpintería también puede ser un elemento de transmisión térmica hacia el exterior.

– En la medida de lo posible debe tenerse en cuenta la orientación adecuada con respecto al sol y las zonas de sombreado.

– No menos importante son los sistemas de ventilación controlada, el aire del interior de la vivienda debe renovarse, pero de forma que evitemos los puentes térmicos al exterior de forma sencilla.

Conclusión:

Con todo lo expuesto, se ha llegado a demostrar que necesitaríamos un 80% menos de energía en los elementos activos para mantener el nivel de confort deseado. de forma que el 20% necesario se puede conseguir con sistemas de energías renovables, así conseguiríamos ser autosuficientes en la producción de energía y elementos activos.

Te asesoramos:

Así que, si estás dándole vueltas a ver de que forma puedes reducir la factura de la luz, da el primer paso e invierte en elementos pasivos, ORGÓN te asesorará para adoptar la mejor solución al menor coste y poder aprovechar al máximo el calor o el frío que necesitas reduciendo el consumo de los elementos activos, para, más adelante (de esto hablaremos en otro post), dar el segundo paso e invertir en tecnología renovable para ser autosuficiente en producción de energía y no seguir pagando los vaivenes del coste de la luz o el gas.

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